viernes, 27 de junio de 2008

SOPLOS DE VIENTO (VI)

.......mi padre lee el periódico con un ojo mientras el otro nos vigila.

Es el atardecer y ya no veo más recuerdos; el Viento me acompaña de nuevo a mi habitación numerada, allí, cerca del control de planta. No tardará en llegar la cena y por ello me escabullo mientras los rostros de los míos comienzan a aparecer, unos traen penas y otros alegrías, pero todos empujados por el Viento invisible que siempre me los trae. Cenamos, nos reímos con los chistes de papa y me ponen al tanto de las andanzas de los más pequeños; ahora toca jugar a las cartas o ver una peli, es en esta hora que la monotonía me puede. Detesto las cuatro paredes que me rodean, detesto más aun el olor, el olor de todo, de las ropas, de las comidas, del baño, de todo. Aborrezco las bolsitas que cuelgan del gotero y las visitas impertinentes del vecino de habitación. Me espanta el pasar otra noche aquí, con las sombras, los fantasmas y mi agotamiento, vuelvo a estar cansada, ya no quiero ni hablar, ni abrir los ojos, solo quiero irme, desaparecer.

Esta noche es, otra noche lejos, fuera, apartada…..sola; triste, aburrida, cansada pero sola, siempre sola.

Que hastío, ya no quiero esto más, quiero abandonar. Cuando estoy pensando esto alguien llama……es el mensajero del Viento, que me trae el perdón y el alimento, otro que también me quiere; me trae recado del Viento, para que no desespere, para que no le de la espalda, para que no le abandone, pues él no me abandonará........

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venga, hay va un insulto productivo: ¿tú te crees que esas son horas para escribir? jajaja. Na hombre, a pesar de las horas te ha quedado bien.

Ya nos contarás por qué está hay la zagalilla.

Un abrazo, hasta pronto. Nos vemos.