miércoles, 27 de agosto de 2008

Esperanza en la Aurora (II)

......esto la hizo dudar y la hace pensar y acelerar su presuroso y solitario caminar hacia el ocaso y el campo de la estrella.
Acarrea sola su ligera y personal carga con la aurora a la espalda; él sobresaltado, despierta entre sudores de pesar, de tristeza y melancolía, la añora, a ella y a su dulce, lento, suave y cariñoso despertar, la necesita y ella no está, solo puede llorar.

En el lánguido transcurrir de entristecidas horas él la recuerda, y así, pensando en ella, recupera la esperanza y la sonrisa plena vuelve a su contrariado rostro. Ha cerrado la puerta y se ha ido, ha corrido por la sinuosa vereda, ha subido por el resbaladizo sendero y al ocaso, por fin, puede contemplar el camino. Ahora un duro sentimiento le asalta el corazón, ahora lo sabe, ahora lo entiende, ella se ha ido y no volverá.
Las lagrimas se le escapan de nuevo, ahora la recuerda y le vienen a la memoria sus últimas palabras, “la verdad es el camino y en el camino está la esperanza”; la alegría lo desborda y ríe y llora y salta y canta, ahora la quiere, ella se ha ido, no volverá, pero no la ha perdido.

En cada despertar, en cada aurora él encontrará su esperanza porque ella, se llamaba Amanecer.

lunes, 25 de agosto de 2008

Esperanza en la Aurora

Se llamaba Amanecer; como cada aurora aquel albor luminoso la hizo despertar como solo ella despertaba, suave, lenta, dulce y cariñosamente. El día empezaba ahora para el resto del mundo, a su son, su compás, su belleza. Su angelical rostro translucía esperanza mientras uno se sume en la tiniebla por el solo pensamiento de la distancia, los horizontes el infinito, los instantes la eternidad, todo pierde significado y sentido si ella no está, su ausencia será muerte para él.

Amanecer está lista, él aun se lamenta por la perdida. Se acerca, acoge su deshilachado rostro en la suavidad de sus manos. La mira, entristecido, llorando; recoge las lagrimas en un beso, una caricia, ahora él regresa de la noche y contempla su esperanza en la dulce mirada de Amanecer. Se ha ido, ha cerrado la puerta y se ha ido; él continua sentado, con la mirada fija en la puerta cerrada, experimentando la esperanza que ha recibido, absorto en su muda sonrisa; ella camina ya, alejándose pensativa por la sinuosa vereda, lo sabe a él frágil, tierno, de efímera fortaleza, esto la hizo dudar y la hace pensar y acelerar su presuroso y solitario caminar hacia el ocaso y ....................

miércoles, 20 de agosto de 2008

Cuando intenté olvidar tu rostro

Que lejos queda aquel día gris en que olvidé tu rostro. Ahora intento recordarlo día tras día y noche tras noche. Suspiro entre horas de hastío y desconsuelo. No encuentro en mi horizonte la alegría de tus pasos, ni la dulzura de tus palabras. ¿Será por vanidad? Todo lo hago, pero casi todo lo dejo; ¿Te dejo a ti también por vanidad? No, no puedo dejarte si nunca te tuve, es eso lo que mi oscuridad promulga al viento, no perder nada, a nadie, porque nada tengo y nadie a quien hacer olvido, nadie a quien llorar.
No es más que miedo; miedo a ti, a ellos, a mi, solo miedo y terror. Alguien dijo una vez, (o debería haberlo dicho) que él miedo tiene cabida, pero la cobardía, la cobardía atenaza el corazón para hacerte flaquear, para hacerte olvidar quien eres, cual es tu verdadera misión. No es el estudio, ni el trabajo, ni la familia, ni tu esfuerzo, ni tus proyectos; es simple, sencillo y te va la vida en ello, la verdad es tu misión, es la misión.
No rebusques en lo profundo explicaciones vagas que te hagan desistir, no hay motivo más allá de la verdad y el amor. No hay nada más allá, nada excepto el llanto y el dolor de la soledad, el sufrimiento que sojuzga al mundo, la soledad completa.
Ahora, en esta noche de los tiempos pretéritos, en que las heridas no existentes sangran; ahora que los sueños se alejan por entre las nubes de la discordia, se muestra un camino de estrellas durmientes que susurran al viento las palabras, palabras extrañas al oído de las azucenas que vigilan tu casa en las horas sombrías del corazón, de mí corazón.
¿Dónde acaba mi vanidad? ¿Cómo borrar algo que no sé encontrar? Algo que no quiero encontrar, mi debilidad. Para que buscar mi error si ya he encontrado el tuyo, el suyo y el de los demás. Ya hay suficientes errores para que algo pueda funcionar.

Que alegría que todo esto sean palabras vacías y para olvidar, que quizá nadie nunca deba encontrar.

domingo, 10 de agosto de 2008

Habitantes de Khian.......

...Nosotros por ser quienes somos y por ser como somos, por conocer la esperanza de otro mundo, debimos acudir en auxilio de los aun prisioneros, de quienes sin saberlo son esclavos del muro que es la muerte... de sus pecados. Pero no lo hemos hecho o no hemos sabido como hacerlo, y el muro de opresión invisible sigue ahí, en casi todas las mentes; ni siquiera en las grandes ocasiones supimos despertar y alzar en pro de la esperanza los estandartes de la Verdad.

Ahora el tiempo se agota y la desdicha nos inunda, pero ahora y en esta hora deben saber que existe la esperanza, que esta viva en su interior, que la maquinaria está, solo hay que ponerla en marcha, hacerla caminar; ¡deben saber que la felicidad también existe y se puede lograr!, mas solo a través de la verdad se llega al Hombre Nuevo que alcanza la felicidad, que no es más que la autentica y primera libertad, esa libertad que supera los barrotes, las alambradas y todo muro represor, esa que no se limita a las elecciones materiales que se nos presentan, sino aquella que vuela por encima de todo, aquella que no pueden encerrar, aquella que más se teme, por su fuerza y su poder, aquella que vive en todos nosotros por encima de este mundo, aquella que nos permite imaginar, soñar y crear, aquella que nos convierte en personas, esta que nos permite creer en todo y ante todo.

Ahora bien, os digo que la Verdad se encuentra en el camino, y en el camino se halla la Esperanza. El Puro de Corazón dijo:”La Verdad os hará libres”.