martes, 3 de marzo de 2009

El encuentro

Los gritos de la mesa más cercana enmudecen las palabras de Gaelanor; solo intuyo lo que quiere decir, pero no hace falta más, estoy pensando lo mismo, este antro no puede traernos nada bueno. Me hace un gesto, miro, y veo a quien andábamos buscando. Es inconfundible, siempre con su fajín escarlata; él ha cambiado de aspecto, ha adelgazado casi tres arrobas, ahora lleva barba pero no se ha quitado su fajín. Miro a Gael y nos levantamos, lo seguimos por entre las mesas y el tumulto de gente medio borracha. No nos damos prisa, sabemos bien a donde se dirige, ya lo descubrimos dos noches atrás. Con un par de besos de Gaelanor y un puñado de monedas Alys estuvo encantada de darnos la información correcta en aquel callejón mugriento aunque no mucho más que la cochiquera llena de ebrios y despeinadas por la que nos movemos hasta el primer piso; ha entrado por la tercera puerta, la última. Por Alys sabemos que dentro habrá siete personas: el mediador, la moza y los jugadores, solo estos pondrán problemas. Por ahora esperamos un poco antes de entrar, es mejor que empiecen el juego y se relajen. Nadie de abajo repara en nosotros y menos ahora que entra un juglar. Desde el altillo vemos como va directamente hacia el mozo, esta noche no viene a trabajar, lo único que quiere es un trago; espera al mozo y su jarra en un taburete, aun va sobrio y puede echar un vistazo a la clientela, suspira, alza la vista y nuestras miradas se cruzan. No le da tiempo a fijarse en nosotros, el mozo ha vuelto y alguien se ha percatado de su atuendo, comienzan las carcajadas y la petición de canciones obscenas. Gael me avisa con el codo, sí, ya hemos esperado suficiente. Empujamos la puerta y oscila sin resistencia........